19.1.19

17 de enero de 2015


Ahora que nadie nos oye,
déjame contarte
mi mayor secreto.

Para mí:

Importantes son tus ojos,
y esas miradas,
que me regalas,
y calman mis enojos.

Y bello es tu mundo,
y no que nos cubriese el árbol
del fuerte veraniego sol,
durante algún segundo.

Que me digas que no existo,
que lo invento,
que lo creo,
lo imagino.

Que riegues los sueños en vino
y en cabreo,
todo muy lento.
Y yo desisto.

Pero que le den a la métrica,
si la lírica existe.

Porque juro
que sobre todo,
siento.

Y siento,
sobre todo,
por ti.

18.1.19

13 de noviembre de 2014

Que no quiero algo bonito. 
Ni un algo. 
Menos bonito.

Mejor sola que acompañada, 
ni mal ni bien, 
ni todo lo contrario.

Que ni besos, 
ni versos, 
ni palabras que me regalen los oídos.

Ni eso ni nada, 
eso a mí no me va, 
ni me viene.

Difícil de entenderlo 
se quedaría corto, 
porque va más allá 
y se escapa de todo, 
pero sobre todo de mí.

Que no quiero querer 
si no es a mí misma.

14 de diciembre de 2014

Me harté de ponerle tiritas 
al corazón roto, 
aun sin estar segura 
de si quería verlo sanar. 

Lo de vivir en un capullo 
se volvió muy cómodo, 
y eso de ser mariposa 
no entraba en mis planes. 

Rebobinaba de vez en cuando 
por ver si recordaba algo interesante, 
por si algo 
de lo que se había quedado en el camino 
podría ser recuperable. 

La costumbre era cada vez más bonita, 
y esas cosas conocidas como novedades 
se escondían de mí. 

El despertador por la mañana 
se hizo amigo, 
no era una pesadilla salir 
de otro mundo que sí lo era. 

Parecía que las nubes me entendían, 
y aparecían cuando yo las tenía en mi cabeza. 

Me aprendí de memoria 
la escala de grises, 
asignando a cada tono 
un estado de ánimo. 

El sol me quemaba, 
la luz se me antojaba fea. 

Ni praderas, 
ni campos, 
ni arco iris; 
todo era horrible.

Pero todo eso era un agujero, 
afortunadamente 
supe salir de él.

8 de diciembre de 2014

A los círculos 
empezaron a salirles esquinas 
y eso sí que no. 

Porque los cuadrados 
tampoco se volvieron redondos, 
así que todo apareció un día siendo igual. 

Quise no ver cómo las nubes 
venían para quedarse, 
y puede que mi error fuera inventarme el sol, 
que en vez de con luz 
brillaba con oscuridad. 

El mar poco a poco se apartaba,
y creyéndome gigante 
mojaba la orilla 
para evitar que desapareciera del todo.

Me di cuenta 
cuando fue demasiado tarde, 
cuando todos los árboles fueron talados 
y ya no quedaban semillas que plantar. 

Cuando la nieve 
estaba totalmente derretida, 
y ni siquiera quedaba agua, 
solo gas. 

El polvo cubría todo
como si fuera una manta, 
mullida 
y pesada, 
que no dejaba ver más allá.

Las palabras ya sonaban distinto, 
y los idiomas eran uno solo, 
mal comprendido.

Los no 
se habían convertido en sí, 
y estos en no otra vez, 
y pareciera la única persona 
que no notaba la diferencia.

Las distancias 
desaparecieron del todo, 
y el tiempo se me antojaba irreal, 
siendo lo lento veloz; 
y lo rápido, eterno. 

¿Y qué iba a hacer yo 
si las manecillas de mi reloj 
se habían atascado a las once y once?

5 de noviembre de 2014

como si fuera normal
el viento sopla de noche
y el ruido sordo me golpea

como si fuera normal
el árbol deja caer sus hojas
y mis pies pisan ocre

como si fuera normal
la lluvia aparece
y empapa mis párpados

como si fuera normal
el frío cala
y yo me congelo

como si fuera normal
la oscuridad llega antes
y me arropa entre nubes grises

como si fuera normal
un día me hablas
y al siguiente no

como si fuera normal
yo me acostumbro

pero no es normal

12.1.19

Segundos

Como cuando me miras
y te sonrío
como si solo existiéramos nosotros
en el mundo.
Como si en un segundo
se condensara todo
y no hubiera nadie más.

Un segundo tan corto
que enseguida buscamos el siguiente.
Y otro.
Y otro más.
Insaciables.

Como cuando mi muslo roza el tuyo
y contamos mentalmente
los segundos que tardará el otro
en apartarse.

Como cuando me das un abrazo
que dura un poco más de lo normal.
Un segundo más
que los de los otros.

Y siento el peso de tus ojos
sobre mi cabeza.
Y, de pronto,
me llenas de paz.

Como este breve segundo
en el que fui sincera conmigo,
y decidí escribir esto.

Como todos esos segundos
en los que dudamos
y siempre
                             siempre
gana el
                             no.

Tiempo

Nunca tenías tiempo
para mí.

Nunca tenías tiempo
ni para secar mis lágrimas
ni para hacerme reír
ni para perder tus dedos
entre mis plieges
hasta dejarme jadeando.

Nunca tenías tiempo
para todo aquello que una vez creaste.

Tiempo alargado,
tiempo extra,
tiempo solos.
Tiempo siendo únicos.

Nunca tenías tiempo,
y por eso me lo pediste.
Un tiempo.
Para dedicárnoslo a nosotros
para estar más tiempo solos
y así estar mejor juntos.

Un tiempo que yo ya me dedicaba a mí misma.

Nunca tenías tiempo
para mí.
Porque se lo dedicabas a ella.