Me dijiste que eran cosas mías
y yo te creí
porque es lo que siempre hago
cuando me dicen que hago cosas
que no están muy bien.
y yo te creí
porque es lo que siempre hago
cuando me dicen que hago cosas
que no están muy bien.
Estoy bastante segura
de que esa noche
apoyaste la cabeza en la almohada
y no conseguiste conciliar el sueño al instante,
porque en el fondo
sabías que me habías mentido.
de que esa noche
apoyaste la cabeza en la almohada
y no conseguiste conciliar el sueño al instante,
porque en el fondo
sabías que me habías mentido.
Además,
te habías mentido a ti mismo,
y esas cosas tampoco está muy bien hacerlas.
Y por eso
te pesaba la cabeza
y te picaba la manta
en los pies.
te habías mentido a ti mismo,
y esas cosas tampoco está muy bien hacerlas.
Y por eso
te pesaba la cabeza
y te picaba la manta
en los pies.
Al día siguiente
seguías pensando que eran cosas mías
y por eso decidiste
que lo mejor para mí
era no saludarme.
Porque eran cosas mías
e iba a haber más cosas mías
en mi cabeza
si me dabas un beso en la mejilla.
seguías pensando que eran cosas mías
y por eso decidiste
que lo mejor para mí
era no saludarme.
Porque eran cosas mías
e iba a haber más cosas mías
en mi cabeza
si me dabas un beso en la mejilla.
Tres días después te diste cuenta
de que las cosas mías
tenían un nombre y apellido,
y eso era lo que no te gustaba
de las cosas mías.
Que daba la casualidad
de que no tenían tu nombre
ni tu apellido.
Pero eran cosas mías,
y por eso te daba igual.
de que las cosas mías
tenían un nombre y apellido,
y eso era lo que no te gustaba
de las cosas mías.
Que daba la casualidad
de que no tenían tu nombre
ni tu apellido.
Pero eran cosas mías,
y por eso te daba igual.
Seguro que un día,
al séptimo o así,
recordaste todas las cosas mías
que propiciaste tú
y cómo yo las hice cosas mías.
Porque yo no te besé.
Ni te dije buenas noches.
Ni te saqué a bailar.
Ni te ignoré
cuando me dio un poco de miedo
no entender lo que pasaba.
al séptimo o así,
recordaste todas las cosas mías
que propiciaste tú
y cómo yo las hice cosas mías.
Porque yo no te besé.
Ni te dije buenas noches.
Ni te saqué a bailar.
Ni te ignoré
cuando me dio un poco de miedo
no entender lo que pasaba.
A los diez días me abrazaste
porque las cosas mías
se me habían pasado
y gracias a eso habías conseguido
empezar a poner tu vida en orden.
Al undécimo me hablaste
solo porque te habías acordado de mí.
Al duodécimo te marchaste
con tus cosas
y me dejaste a mí
con mis cosas mías.
Que eran cosas mías.
porque las cosas mías
se me habían pasado
y gracias a eso habías conseguido
empezar a poner tu vida en orden.
Al undécimo me hablaste
solo porque te habías acordado de mí.
Al duodécimo te marchaste
con tus cosas
y me dejaste a mí
con mis cosas mías.
Que eran cosas mías.
Ahora ya no tengo cosas mías.
En realidad nunca las tuve.
Pero eso lo sé
ahora,
por eso digo
que ya no tengo cosas mías.
En realidad nunca las tuve.
Pero eso lo sé
ahora,
por eso digo
que ya no tengo cosas mías.
Tú sí tienes cosas
tuyas,
y te empeñaste en que fueran
mías.
tuyas,
y te empeñaste en que fueran
mías.
Pero ahora
la verdad
es que me da igual
porque si tengo cosas mías,
son mías.
Y las tuyas son tuyas.
Y así como a ti,
en realidad,
te importaban muchísimo
las cosas mías.
A mí las tuyas
no me importan
nada.
la verdad
es que me da igual
porque si tengo cosas mías,
son mías.
Y las tuyas son tuyas.
Y así como a ti,
en realidad,
te importaban muchísimo
las cosas mías.
A mí las tuyas
no me importan
nada.